domingo, 30 de septiembre de 2007

Arrebato

Posa en la imagen nuestro colaborador, Doctor Calcapeitos, con el aspecto que mostraba a la salida de la sesión festivaleira del Kursaal a la que hemos acudido esta misma noche. La fotografía ilustra certeramente la dureza de estos diez días en los que resistir atrincherados en la oscura sala de cine a los cantos de sirena que desde nuestra porqueriza efectuaban las galas de Gran hermano, el partido del jueves del Madrid o, mismamente, esa caja de ocho CDs con las sesiones de grabación completas de Their satanic majesties request que algún alma caritativa nos ha hecho llegar, ha sido un acto que podríamos calificar, sin duda alguna, de hercúleo.
.
Toda la Donostia cool se halla sumida en estos momentos no en la elaboración pero sí en la exposición y puesta en común de un meditado balance de lo ofrecido en este año por el Festival. La justicia con la que ha sido galardonada la película de chinorris. Ese apasionante debate cinéma de qualité vs. glamour convertido ya en un clásico del donostiarrismo más extremo. Ayer, hasta una señora nos hablaba de la manipulación que efectúan los medios informativos con el Festival y por ende con todo nuestro oprimido pueblo, porque siempre dicen que llueve y eso es una falacia, una auténtica menzogna, que diría el simpar Silvio Berlusconi. Nosotros le dimos la razón, claro, porque este año sólo ha jarreado siete de los diez días de Festival. Y a Mondo cane le gustaría aportar algo a todas estas variopintas cuestiones, pero es que francamente sólo se nos ocurre decir una cosa: que nosotros nos hemos aburrido como moluscos.
.
Algo de ello les contábamos hace unos días, cuando hacíamos nuestro balance ecuatorial del evento. Y pese a las pésimas expectativas del Licenciado Ventoleras, hemos de reconocer que estos últimos días la cosa ha mejorado un poquito, aunque sólo un poquito, y a ratos hasta hemos llegado a ver cine fulminante. Porque sí, estimados lectores, nosotros también hemos caído fascinados ante el yugo de Philippe Garrel. Sólo a ratos, también es verdad, porque es lo que tienen estos films-fleuve: que en una única sesión tienes tiempo de echar una siestecita y de despertarte poco después para descubrir momentos de un arrebato extremo. Para el recuerdo de esta redacción queda ya la proyección de Le vent de la nuit, una cinta tocada por una inusual magia que ha provocado una fascinación incontrolable entre todos los miembros de Mondo cane. En efecto, una de estas extrañísimas cintas que sólo consiguen ser lo que son gracias a un metraje a la deriva, divagante y errático, que termina aportando a la res un algo intangible que no recordábamos desde que asistimos apabullados a una proyección de Solaris en un vacío teatro Principal hace ya tantos años.
.
No vamos a aburrirles hablándoles sobre una cinta preñada de relaciones interclasistas, desesperaciones existenciales, pérdidas irreversibles y un fatalismo que nos abrumó en esas arrebatadoras secuencias en la que sus dos protagonistas rodean Nápoles en coche antes de llegar a la entrada a una cripta desde la que resuenan voces inquietantes. Y en la que, además, nos encontramos por sorpresa con la deslumbrante presencia de Anita Blonde. En efecto, amigos nuestros, Mondo cane ha conseguido encontrar una gran película en este Festival que tan poquito nos ha ofrecido.
.
Porque por lo demás... Nos quedamos con alguna secuencia escultórica de Les amants réguliers, con fugaces momentos del fantasmagórico blanco y negro de Control, la biografía del cantante de Joy Division. Fíjense: incluso con la secuencia final de El año de todos los demonios, el documental sobre el asesinato de Pertur que con tanta ilusión esperábamos. A estas alturas seguimos asombrados ante la paradoja de que un antiguo miembro de ETA dirija una cinta para exculpar a ETA de un asesinato que ETA, por otra parte, nunca ha negado, pero su teoría de la infiltración de los hiperactivos neofascistas italianos en la España del 76 nos resultaba irresistible. Nos lo resultó, eso sí, por poco tiempo, porque nada llega allí a buen puerto en un metraje ahogado por la ausencia de soltura, la carencia de ritmo y sobre todo la pasmosa falta de datos o declaraciones que demostraran algo, cualquier cosa, lo que sea, pero fíjense que ahí, escondido entre sus últimos segundos de metraje, aparecía un momento arrebatador en el que un antiguo etarra hablaba abiertamente de su responsabilidad en la que nos ha llovido después que, por pura honestidad y lucidez, nos dejó completamente desarmados.
.
Y del resto... pues qué les vamos a contar: viendo que las mesas de billar francés se han llevado no uno sino dos premios gordos, no es necesario señalar nuestro balance de la sección oficial. Seguiremos, y parece que por mucho tiempo, lamentando que el Festival siga apoyando sus descacharradas patas en un cine de realismo social sudamericano que sigue sin importarnos un bledo, en unos ciclos que de tan previsibles resultan rutinarios, y sobre todo en este aspecto Donosti-design-yonqui-chic que todo lo inunda y que parece obra de algún tan desatado como maléfico diseñador catalán, joven y con Campers. Y Mondo cane se encuentra cada vez más alejado de la posibilidad de encontrar un huequecito en estos terrenos que tan ajenos nos resultan.
.
Por lo que nuestro recuerdo de esta edición, como ya hemos contado por alguna parte, va a ser el que nos deja el día en el que acudimos a ver la llegada de Lou Reed al hotel festivalero. No fue masiva, como nos temíamos: junto a nosotros figuraba una alegre comitiva compuesta por dos viehas, un niño con síndrome de Down, dos bizarros e impenitentes cazautógrafos que superaban los cuarenta y algún despistado fotógrafo. Lou Reed llegó, se acercó con su eterno rostro de disgusto a la marabunta y dejó un par de autógrafos en los primeros cuadernos que encontró a su paso. Y cuando el rock'n'roll animal se puso en camino hacia su suite, las dos viellas, con la tinta todavía fresca en sus cuadernos, se dieron la vuelta para preguntarnos: "Oye, guapos, ¿y ese señor tan feo quién es?".

martes, 25 de septiembre de 2007

El horror... he visto el horror...

Perdonen nuestros lectores a los que tanto debemos este inicio tremendista, pero viendo en la que estamos inmersos resulta inevitable tener presente al coronel Kurtz para atravesar estos desoladores días. Porque pasado el ecuador del Festival, como dicen los periodistas menos aguerridos, nos cuesta recordar una edición en la que nos hayamos aburrido tanto. El Licenciado Ventoleras, con su habitual catastrofismo, se remontaba esta mañana a los tiempos de Rudy Barnett, no les decimos más...
.
Meditaba ayer sobre el asunto la redacción de Mondo cane alrededor de una cerveza tras la proyección de Siete mesas de billar francés, ese nuevo ejemplo del subgénero cine de solteronas que tan en boga se encuentra últimamente en la producción patria. Y recordábamos, con dolor, ese día en el que todo cambió, aquella jornada clave en la que el Festival del incomparable marco incomparable pasó de ser un evento grato y apetecible a convertirse en esto que es ahora, una especie de trapisonda fílmica donde se proyectan inpunemente hasta películas de chinos voladores (ahí queda ese Goong nyeo que se proyecta mañana, y encima en horario de maitines). Un día, retomando el hilo, que terminó convirtiéndose en auténtico Armageddon personal y que queda ya archivado entre nuestros recuerdos más infames: fue hace unos seis o siete años, cuando una noche media ciudad aplaudía con fervor a un señor new romantic llamado (bufff...) Tinieblas Gonsáles que estrenaba con todos los honores ¡un cortometraje! en la sesión de gala festivalera. Mientras Donostia se volvía loca por ver las cosas de este insigne creador de imparable carrera, convertido aquel año por estos misteriosos avatares del merchandising local en icono festivalero, en el Teatro Principal se rendía un tributo a Alberto Sordi con un aforo dolorosamente medio vacío.
.
Tristemente, aquella velada que preveíamos feliz terminó resultando una caída del caballo procedente de nuestro Damasco particular: aquel Festival que pensaba en la gente a la que le gustaba el cine cerraba una brillante etapa, y nos sumergíamos en un brumoso periodo en el que no dejan de pasarse cintas de falsa modernidad camufladas como quintaesencia de la vanguardia fílmica. Y como le sucedía a Giovanni Vivaldi en Un borghese piccolo piccolo, aquella noche de infausto recuerdo fenecía delante de nuestros ojos ese vástago al que tanto amábamos. O algo así hemos pensado cuando hoy veíamos nuevamente este erial que es el programa festivalero y no encontrábamos, nuevamente, ni una triste película que nos apeteciera un poquito a lo largo de la jornada... Ah, aquellos años en los que diez días no bastaban para abarcar ese largo listado de cintas fascinantes que se agolpaban en las salas. O tempora o mores.

En fin, que nos vamos esta noche a ver El año de todos los demonios, un documental sobre el asesinato de Pertur, parece, a cargo de un grupo de ultraderecha italiano. El asesinato, que no la película. A ver si esto nos anima un poco, porque vamos...

sábado, 22 de septiembre de 2007

Ja sóc aquí

Corría la sesión de tarde-noche de ayer en los muy feos cines del Antiguo. Se proyectaba allí Ladrones, una película española muy rara, como de Bresson en una noche de flojera tirando fotos en Aluche, que la redacción de Mondo Cane intentaba rescatar tras su tristísimo paso por cartelera hace unos meses. Hasta que nuestra concentración se interrumpió bruscamente cuando el Licenciado Ventoleras hizo escapar un fugaz ronquido, leve pero muy audible en la sala porque Ladrones, como buen ejemplo de esa popular corriente estilística de cinema avant les fréres Lumière, es prácticamente muda.
.
Dormirse en una sesión festivalera es todo un rito iniciático, un acontecimiento que equivale a alcanzar la mayoría de edad en estos infernales diez días en los que, con tanta pasión como desidia, nos dedicamos a subsistir encajonados en una sala de cine. Por lo que sí, en efecto, Mondo Cane puede expresar a los cuatro vientos su vascongado Ja sóc aquí. Ya hemos llegado y ya estamos inmersos en pleno rito festivalero.

No les vamos a contar nuestra opinión sobre el Festival porque suponemos que no interesa a nadie y, total, a estas alturas hasta el donostiarra más iletrado puede dar la suya con soltura y desparpajo. Y es que es curioso este efecto sociological phoenomenum que tienen los charoles cinematográficos en una ciudad en la que, el resto del año, no va ni Cristo a las salas. Sólo les contaremos, así por encima, que en nuestra cruenta batalla contra Philippe Garrel vamos perdiendo por goleada, aunque confiamos en levantar el marcador en la proyección de esta tarde de Berceau de cristal, esa cinta hecha por y para yonkis que, por aquello de que sale nuestro sex symbol de cabecera Anita Pallenberg y de que, en el fondo, a veces sacamos a relucir esa querencia nuestra por el romanticismo más exacerbado, quizás nos permita anotar un tanto en nuestro triste marcador. ¿Nos ha pillado Garrel en extremada baja forma o es que, realmente, tiene una filmografía galáctica absolutamente imbatible? Pues no hemos llegado todavía a una conclusión, la verdad, pero posiblemente nuestros estimados lectores a los que tanto debemos pueden elaborar por sí mismos un juicio más consistente que el nuestro disfrutando en la soledad de sus casas de estas imágenes que vimos el otro día en una oscura (y abarrotada en sus diez primeros minutos, por cierto) sala.

Comprobamos estos días, también, la evidente mejoría en la producción de cine patrio. Hemos visto Mataharis, esa película de infame título de nuestra amparesca vecina Icíar Bollaín, y para nuestra maravilla hemos conseguido entender casi la mitad de diálogos de la inmarcesible Najwa Nimri sin tener que recurrir a los subtítulos en inglés que circulaban por la parte inferior de la pantalla. Entre este dato y el del abrigo fantasía rosa fucsia chillón que portaba hace dos días Cayetana Guillén Cuervo pese a los casi treinta y cinco grados a la sombra que con tanta dificultad se respiraban en los aledaños del Kursaal en esos momentos, queda patente que el despegue de nuestra cinematografía es un hecho constatable.

Aunque lo que más no ha impactado hasta el momento son esos carteles que empapelan cualquier rincón de nuestra ciudad anunciando la próxima convocatoria en Alsasua de una concentración de las juventudes del marxismo-leninismo vasco. No por la convocatoria en sí, que sorprender sorprende poco, sino porque los susodichos teaser-posters están troquelados, atención, sobre las siluetas oscurecidas de una foto promocional del grupo Queen. ¿Freddie Mercury y la revolución proletaria? En efecto, todo es posible para la indomable juventud vascongada, siempre aurrera. Hemos fotografiado incluso este magnífico pasquín para dejar testimonio a las generaciones venideras, pero como nuestro colaborador Sr. Pirracas no sabe cómo carajo pasar la imagen de su móvil de última generación a este vetusto ordenador, hemos decidido mostrarles aquí la imagen de un pollo con eusko-label de inequívoco color local. Básicamente, para que se hagan Vds. una idea.

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Maoísmo pop

No es necesario señalarlo porque Vds. lo saben bien: la redacción de Mondo Cane cuenta entre sus principales inspiradores estéticos e ideológicos al gran Kim-Jong-Il, presencia continua en cada acción de nuestras vidas y especialmente cuando nos enfrentamos a un cambio de gafas en Chin-Chin Afflelou. La incomensurable figura de este entrañable Gary Glitter proletario ilumina nuestro triste penar en este mondo cane, y es que no todo el mundo puede presumir de tener en propiedad un búnker-museo para conservar, entre tantos prodigios, una figura de Lladró de Don Quijote regalada in person por Santiago Carrillo.
.
Sabíamos de la existencia de un libro que imaginábamos fundacional: El arte del cine, un ensayo escrito por nuestro prócer y que se conserva celosamente en la biblioteca de Pyonyang junto con los restantes miles de volúmenes de los que es autor. Sabíamos de la desconcertante afición por el cine que cultiva Kim-Jong-Il, según cuentan poseedor de una colección de uvehacheeses y deuvedeles especializada en el western y el musical americano de los años cuarenta que no se la salta un gitano. Pero desconocíamos hasta hace poco la existencia de una película, Pulgasari, escrita y guionizada por nuestro pequeño hombre amarillo.
.
Fue enterarnos, claro, y volvernos locas. ¿Pulgasari? ¿Kim-Jong-Il haciendo pinitos fílmicos? En efecto, los interrogantes nos asaltaban, y especialmente uno: ¿cómo localizar desde este decadente mundo capitalista una joya fílmica producida en la República Popular de Corea del Norte para comprobar ante nuestros ojos tamaña maravilla? Pero nada hay imposible para la redacción de Mondo Cane, amigos, y esta noche, tras gran cantidad de andanzas y desventuras, ha llegado por fin a nuestras manos una copia de Pulgasari cuya carátula les incluimos y que, por supuesto, no nos ha defraudado.
.
Comenzando por la gran sorpresa inicial: nosotros, declinantes mentes de la civilización occidental, esperábamos, sí, un manifiesto político en celuloide, un Raza coreano, un Triumph des Willens amarillo, un Scipione l'africano arrocero. Algo que hubiera resultado, evidentemente, previsible y ramplón para nuestro hombre, que no ha dejado que su libre creatividad sea encarcelada por estas banalidades mittle-européens. Porque, amigos, Pulgasari ha resultado ser... ¡una película de monstruos gigantes alla Godzilla! En efecto, algo muy alejado de nuestra limitada y mediocre mentalidad europea, una narración que hunde profundamente sus raíces en el sin duda fascinante folklore norcoreano para poner en imágenes la historia de un pequeño monstruo construido en barro por un herrero que, tras cobrar vida al ser bañado en la sangre de la hija virgen de su escultor, terminará encabezando una revolución comunista en la Corea medieval. Como lo oyen. La película, por lo demás, es un auténtico pestiño, pero eso a quién puede importarle.
.
No hagan caso, estimados lectores, a la avalancha de falacias que puede encontrarse en la canallesca: esa extraña historia que circuló hace poco por sus hediondas páginas según la cual el director de Pulgasari, la eminencia del cine surcoreano Shin Sang Ok, fue secuestrado por nuestro líder amigo para afrontar tal cometido y, ya puestos, hundir la cinematografía del país vecino y ventilarse a su también secuestrada señora esposa, es sin duda alguna otra turbia maniobra de la Brunete mediática. Porque qué duda cabe de que Kim-Jong-Il, en su humanidad y sabiduría, se limitó a ofrecer a este realizador la oportunidad que todo cineasta ambiciona en su vida para llegar a su madurez estilística. Aunque este ingrato Julio Medem amarillento no lo comprendiera y prefiriera cambiar la hermosa vida de Pyonyang por la corrupta Los Ángeles saliendo hacia allá por patas en cuanto tuvo oportunidad. Pero la justicia poética siempre termina dictando sentencia y en las Hollywood hills terminaría este felón fimando la por esta redacción desconocida pero seguramente notable trilogía Tres ninjas contraatacan, Tres ninjas peleones y Tres ninjas en el parque de atracciones. ¡Penitenciagite!
.
En fin, que entre este arrebatador descubrimiento que hemos tenido hoy y que una de las escasísimas personas lúcidas a la que conocemos, a la que tanto admiramos por sus enciclopédicos conocimientos y sus decimonónicos sentimientos, nos ha recomendado fervientemente la obra fílmica de Philippe Garrel, nos ponemos en marcha con un poco más de energía hacia la Metrópolis reaccionaria. ¡Neo-Tokyo is going to explode!

lunes, 17 de septiembre de 2007

Txakurra mundua

Preparando como estamos nuestros visados y pasaportes para regresar nuevamente a territorio comanche, hemos tenido noticia esta misma mañana de un ingenio mecánico que bien podría haber sido diseñado por un Doctor Infierno con clara negatividad en su RH sanguineo. Lo decía Don Hilarión: Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad. Y lo suscribe Mondo Cane, que tampoco es manco. Y es que alguien ha inventado, gracias al dinero público suponemos, EuskalTube, una web que vuelve a mostrarnos una vez más el provechoso y fructífero uso que se hace de nuestras contribuciones en este pueblo nuestro al que tanto queremos y que tan mal nos corresponde.
.
En efecto, un YouTube vascongado, como bien se habrán dado cuenta los inteligentes lectores de esta web audaz. Suponemos que generosamente subvencionado por una administración pública que vuelve a demostrar estar en vanguardia tecnológica y conocer al dedillo las necesidades últimas de los contribuyentes. El director de la S.A. es un señor llamado Haritz Rodríguez ("periodista", aclara), que dice que la web "está desarrollada íntegramente en euskera, con el claro objetivo de fomentar el uso del euskera en la red de redes" y que su función principal es convertirse en "referente de la videocreación vasca". El éxito, por lo que vemos, ha sido fulminante, pues ambos objetivos se han cumplido ya a juzgar por los videos que ilustran la cabecera de la estupenda web: una se titula Quiero jugar a fútbol, otra Manifestación contra el toro de la Vega, otra más Mark Knopfler & Eric Clapton - Sultan of swing. Lo que nos demuestra, amén de un gusto musical exquisito, el impactante avance de la cultura autóctona por internet y el imparable impulso de la videocreación del linaje de Aitor.
.
Buceando por la apasionante web, no hemos tardado tampoco en localizar en ella numerosos videos de entrañable color local. Sirvan como referente los siguientes, aparecidos en menos de medio minuto ante nuestros ojos: Gora Euskal Herria askatuta, Tortura, Euskal presoak etxera!! o una completa serie bajo el título Manifa abertzalea Bilbon, compuesta por los capítulos 1, 2, 3 y 4 y de la que esperamos ya con ansia la segunda temporada. Apúntense la dirección, que ya ven ustedes que Mondo Cane también aporta links de qualité.
.
Miren por dónde, hemos localizado también esto, que no veíamos desde que un malnacido de cuyo nombre no queremos acordarnos se llevó de la redacción nuestra copia en VHS con la coartada de echarle un vistazo.
.
Y de todo esto, nos ha maravillado sobremanera que al final han sido, como siempre, los publicistas los que lo han comprendido todo antes que nadie. Porque la publicidad de cabecera ha sido adquirida rápidamente por una página de contactos personales que nos promete que descubrirla (gratuitamente) equivale a "encontrar el amor". Desde Mondo Cane felicitamos fervientemente a meetic, porque definitivamente no cabe mayor acierto en el análisis del entrañable contencioso que tanto nos entretiene desde hace unos años.
.
Eso sí, nuestro respetado Haritz, artífice de la web (recordamos) ya ha aclarado que su función "no es hacer competencia a YouTube". Lo que no hemos comprendido todavía en Mondo Cane es el por qué.

domingo, 16 de septiembre de 2007

Mal menor

Viendo la popularidad que está adquiriendo ésta su publicación virtual, con nuestro servidor llamándonos continuamente la atención por la saturación que estamos creando en sus raquíticas líneas, nos vemos obligados a abrir un concurso a nivel internacional. Si ustedes saben quién es este señor que aparece en un lugar donde tantas copas nos hemos tomado en un estado tirando a lamentable, envíennos un SMS con la palabra MONDOCANE seguida de su respuesta. Entre los acertantes se sorteará un niño con gafas y un politono con la melodía de El tío calambres.
.
Sirva esta imagen como aviso para Protección Civil de Gipuzkoa: Mondo Cane está ya preparando las maletas para asistir al Festival de Cine de San Sebastián. Para el que (y sin hacer trampas ni falsificar documentos, como suele ser habitual) la redacción al completo ha conseguido una lustrosa acreditación. Allá que nos vamos, con la intención de ver a los amigotes, ponernos tibios a pinchos y, ya puestos, incluso ver alguna película.
.
Pero pocas, la verdad. Y es que les vamos a confesar la realidad: como nosotros somos taaaan guais, nuestra idea inicial era habernos ido al Festival de Venecia. Teníamos ya nuestras acreditaciones y hasta un decadente alojamiento en la isla (asunto de enorme complejidad, como bien saben nuestros lectores, visitantes habituales de la Serenissima) y habíamos comenzado a segregar todo tipo de jugos pensando en ese macrociclo dedicado al spaghetti-western que nos iba a alegrar la existencia. Pero los problemas hospitalarios se entrecuzaron por en medio y tuvimos que dejarlo correr. En fin.

A cambio, nos vamos al incomparable marco incomparable. Que suele ser una opción que nos gusta mucho, o al menos que nos gustaba, cuando se preparaban ciclos descomunales sobre películas que interesaban realmente (el doctor Pirracas recuerda, dice, con especial agrado el dedicado al cine anticomunista, mientras que el licenciado Ventoleras dice preferir los de Eloy de la Iglesia y aquél, monumental, dedicado a la comedia italiana 1945-1975). Pero todo dio un brusco giro aquellos dos años en los que nos colocaron unas retrospectivas infumables sobre directores orientales imposibles: el Festival entraba por la puerta grande en la posmodernidad más descarnada y desde entonces... pues como que da un poco de pereza, oiga.

En efecto: nos interesan un bledo todas las retrospectivas de este año. Lo del cine ártico ése ni lo pisaremos. El de Henry King... pues bueno, iremos a ver The gunfighter por aquello de que inspirara una canción a Bob Dylan, y por supuesto La canción de Bernardette por asentar nuestras cada vez más firmes convicciones católicas. Y al Garrel ni lo conocíamos, pero en habiéndonos informado uno de nuestros colaboradores, experto en ciudadanía francesa, que no ha visto ni una de sus películas pero que le dan muy mala espina, suponemos que seguiremos viviendo en nuestra ignorancia. Con lo bien que nos lo pasamos el año pasado, donde la mera proyección de La piel quemada hacía valer la pena nuestro traslado a la perla del Cantábrico...

Por lo que nos tememos que, a falta de cine, Mondo Cane se verá obligada a realizar una inmersión en el color local y y a ejercer de donostiarra medio. Lo que nos fuerza a: 1) ver alguna película de la Sección Oficial a la que asistan sus conocidos protagonistas, más que nada por contar al día siguiente en la oficina que nosotros también los vimos y se conservan muy bien, 2) pisar esa sección que nos autoprohibimos rigurosamente hace unos años, Zabaltegi, donde no se proyectan más que pestiños para jovenzuelos modernísimos vestidos como de actores secundarios de película española, que por otra parte no paran de encontrar en ella joyas que van a revolucionar la historia del Cinema y de las que nadie se acuerda quince días después, y 3) pasear veinticuatro horas al día por la ciudad con la acreditación colgada del cuello para ver si conseguimos de este modo que se nos acerque alguna despistada señorita, única función real de tamaño artefacto. Y es que esta edición no nos queda ni el Made in Spain que año tras año nos salvaba el festival del incomparable marco incomparable: la selección de películas es tan pavorosa como la producción nacional en bruto hacía prometer.

Se lo iremos contando. Queremos aprovechar también estas líneas para pedir disculpas a nuestros solícitos lectores por nuestra ausencia de estos días. Todo tiene su explicación, claro. Y es que el otro día un fervoroso jovencito nos habló de un señor que se llama Christopher Nolan. Ante nuestra habitual ignorancia sobre cualquier cosa sucedida con posterioridad a 1975, nuestro interlocutor nos explicó con pasión que era un renovador del lenguaje cinematográfico como no se veía desde el primer Godard, un director sólido, uno de los mejores narradores del cine contemporáneo y no sabemos cuántas cosas más. Apabullados ante tantas cosas que desconocíamos, el viernes decidimos hacernos una sesión con películas de este nuevo Von Stroheim. Vimos una que era de Batman (!) y otra de unos magos que no paran de dar vueltas de un sitio para otro sin que llegáramos a entender bien para qué. Y como bien pueden ustedes imaginar, la primera nos sumió en una interminable sensación de tedio sólo comparable a la de i*r*r*i*t*a*c*i*ó*n que nos provocó la segunda. Y es que no recordábamos algo tan enervante desde que otro mozalbete nos habló de un tal Darren Aronofski o similar e intentamos ver una cosa suya que se llamaba Réquiem por un sueño cuyo mero recuerdo, todavía hoy, nos provoca arduos picores en la zona inguinal... Bueno, sí, lo del Aronofski fue mucho peor. Lo reconocemos.
.
La visión esta tarde de domingo de Los tramposos ha permitido un inicio de reubicación de nuestros maltrechos cuerpos y, en consecuencia, volver a nuestra cita con los fans, a los que tanto queremos. Y es que esto nos pasa por hacer caso a la muchachada.

jueves, 13 de septiembre de 2007

L'ombrello e la macchina da cuccire

Sucedió ayer. Nuestro redactor jefe, sr. Ventoleras, fumaba un pitillo apoyado en la puerta de la Filmoteca. Al rato, sale de ella una pareja que, cosa rara en la calle Santa Isabel, no tenía pinta de estar consumida por el abuso de estupefacientes ni de padecer algún tipo de discapacidad psíquica.
.
Ambos se detienen ante el Dr. Ventoleras, le miran atentamente. Él se gira a Ella y le dice: "Mira, un hombre normal, ¿no lo ves?". Ella responde a Él: "Sí, es verdad". Ante la atónita mirada de nuestro colaborador, ambos siguen su camino con indiferencia.
.
Y es que, digan lo que quieran, la verdad es que la gracia que hay en Madrid para el piropo no la hay en ningún lado.

miércoles, 12 de septiembre de 2007

El cine que viajaba despacito

Qué pocas alegrías nos da Filmoteca Española últimamente. Y no hablamos de la plusvalía que nos está sacando mientras terminamos el libro que nos va a editar, no. Sino de la programación que tiene desde hace unos meses, con sus salas arrasadas por hordas de insufribles directores chinos y coreanos que parecen fascinar a unos aún más insufribles espectadores que acuden bullangueros a ver, digamos, El olor de la papaya verde como si asistieran a una performance live del profeta Elías resucitado. Opium populi, ya se sabe.
.
Por todo ello, recibimos el otro día con gran satisfacción e incluso una notable emoción una invitación para acudir esta tarde/noche a una sesión que preveíamos deslumbrante. Que se abriría con el cortometraje Sor Angelina, virgen, de nuestro admirado Paco Regueiro, y concluiría con la proyección de El hombre que viajaba despacito, de Joaquín Luis Romero-Marchent. Algo de ello sabíamos, porque la sesión la había montado la Asociación Española de Historiadores de Cine, grupo imaginamos que poco riguroso porque a ella pertenece el sector duro de Mondo Cane desde hace unos años.

No somos muy dados al asociacionismo, la verdad. Si acaso, hubiéramos podido participar en aquel Partido Burgués Anarquista Independiente que quería fundar Berlanga, aunque nuestra mera presencia hubiera hecho contradictorio su último adjetivo y, por consiguiente, lo hubiera condenado al fracaso. Y lo de la AEHC, pues viene a ser lo mismo, porque ni soportamos a la inmensa mayoría de sus engreídos miembros ni en realidad nos sirve para algo más que nos caiga algún librito de regalo muy ocasionalmente.

Pero en días como éstos hacemos propósito de enmienda y, superando nuestros estultos prejuicios, nos alegramos de pertenecer a un grupo capaz de montar un emotivo homenaje a dos personas como Romero-Marchent y Regueiro, entregarles un modesto premio y proyectar dos de sus películas más inencontrables. No es necesario que les digamos que hemos vuelto fascinados por esa pequeña obra maestra que es El hombre que viajaba despacito, ejemplo modélico de un cine español que apostó por una comedia trágica con un pie en el Neorrealismo y que abrió lúcidamente el único camino viable para un cine de por sí raquítico como el nuestro. Un camino que, por supuesto, terminaría perdiéndose con el paso de los años para dar lugar a las cosas que nos llegan a nuestras carteleras hoy en día.

En fin, que hemos disfrutado la velada, hemos visto a unos cuantos amigos (entre ellos, a Carlos Aguilar, que ha hecho una introducción memorable a Romero-Marchent) y, viendo El hombre que viajaba despacito, hemos descubierto una de las mejores escenas cómicas del cine español, aquélla en la que Gila juega una partida de las siete y media. Qué remedio: hemos lamentado nuevamente que la carrera cinematográfica de este hombre no tuviera continuidad. Si hubiera podido hacer el protagonista de Plácido, como estaba previsto, otro gallo nos hubiera cantado. Y nos hubiéramos librado de Cassen, ya puestos.

Por cierto, que ayer acudimos alegres al cine a ver Caótico Ano. Pero nos confundimos de sala y terminamos viendo La Jungla 4.0. Qué despiste, oiga.

lunes, 10 de septiembre de 2007

En efecto, más pena que gloria

Reacción similar a la de nuestro admirado Alberto Sordi tuvo la redacción de Mondo Cane hace unos años al ver cómo un popular director de cine apañol de ego tan voluminoso como su mollera declaraba en televisión, y sin ningún rubor, que su principal influencia era Steven Spielberg y que no le gustaba mucho Centauros del desierto porque le veía varios errores (sic). A continuación, se proyectaba su por entonces última película, que se entitulaba algo así como Abre el ojete, y que no tardamos en comprobar que, en efecto, no sólo era mucho mejor que Centauros del desierto sino que posiblemente aportaba más a la Historia del Cine que la obra completa de John Ford.
.
Irritados quizás, pero no sorprendidos, porque de éstas tenemos que soportar todos los días. Cómo olvidar aquella ocasión en la que un incipiente cortometrajista nos presentó en su casa (financiada por su padre, empresario de la construcción) su primera obra maestra (financiada por su padre, empresario de la construcción), no sin antes contarnos que no le gustaba Ciudadano Kane porque contenía numerosos errores de planificación (sic) y que L'Atalante le parecía una película sobrevalorada (sic). Nunca comprendimos cómo el cortometraje visionado no abrió las puertas del cine a este grácil realizador y su carrera terminaría ahí tan brusca como injustamente, tras dos tristes y poco concurridas proyecciones públicas de su Meisterwerk (financiadas ambas por su padre, empresario de la construcción). En fin, lo decía una vez Álex de la Iglesia cuando comía en una mesa cercana a la nuestra en un restaurante madrileño: en este país, cualquier imbécil dirige una película.
.
Por todo ello, ayer la redacción de Mondo Cane decidió por una vez no seguir los pasos de la plebe y, mientras Lavapiés se sumía en la descomunal francachela propia de cualquier sábado noche, decidió encerrarse en casa de nuestro redactor, lisensiado Ventoleras. La ocasión lo merecía, pues el UHF proyectaba Más pena que gloria, una de las mejores cintas que recordamos haber visto en los últimos años en las tristes salas de cine dedicadas con obcecación a mostrar la producción patria.
.
Resulta grato comprobar que alguien en este país ha tenido la decencia de verse un par de películas de Monicelli y Dino Risi antes de gastarse cien kilos en dirigir una película. Es el caso de Victor García León, ejemplo de sorprendente lucidez en un cine donde la formación cultural de sus realizadores tiende siempre a la baja. Y sorprende, igualmente, ver que alguien que sobrepasa escasamente la veintena es capaz de hacer una cinta lúcida sobre la adolescencia, tránsito vital mortecino y frustrante hasta el extremo que el cine patrio siempre nos muestra como larga sucesión de tocamientos, fornicaciones y diversión sin fin. Cosa que siempre nos sorprende cuando, al conocer al realizador, descubrimos un rostro y un físico, digamos, poco agraciados que delatan un tránsito a la madurez cuanto menos complejo.
.
Mondo Cane, que no cabía en sí de gozo tras el visionado de la película y sobre todo de su actriz principal, Bárbara Lennie, decidió prolongar la noche colocando en nuestro video Beta una copia perfectamente pirateada de Vete de mí, la segunda película de Víctor García León, igualmente extraordinaria. Y como fin de fiesta nos trincamos Urtain, el rey de la selva (o así), una obra maestra de Summers (y perdón por la redundancia) que concluyó con la realización de un juramento de sangre de todos los miembros de la redacción para emprender una biografía de este nuestro admirado director en cuanto nuestros misérrimos compromisos contractuales nos dejen tiempo. En 2009 será eso, al tiempo. Aquí lo confesamos para comprometernos a ello ante nuestros lectores, porque si no, con lo que nos gusta la holganza...

domingo, 9 de septiembre de 2007

Bestiario

"¡Con un solo brazo abrazas amoroso
toda una muchedumbre de soldados!
No hay ojos en amor tan impregnados
como ese único tuyo, esplendoroso.
Y tu mano amputada, en un prodigio,
llena de ardor devoto y de prestigio."
.
Alberto Valero Martín
Soneto a Millán Astray (1938)

sábado, 8 de septiembre de 2007

Literatura y agit-prop

Mondo Cane ha acudido esta mañana al kiosko, cosa extraña porque la querencia en esta redacción por la canallesca suele reducirse al Marca y a los periódicos gratuitos que reparten en el Metro. El proceso ha sido complejo, porque nos ha costado horrores encontrar al kioskero, al que tras una larga búsqueda hemos localizado sepultado tras una terrible avalancha de cartones policromáticos correspondientes a las alucinógenas colecciones septembrinas. De todas ellas, nos hemos quedado maravillados por dos: la primera, ya lo saben Vds, es ese esqueleto de dinosaurio montable de metro y medio de altura. Con el primer número, al mísero precio de un ecu, regalan el cráneo de la bicha, con dientes y tó. Irresistible, claro, aunque no tanto como otra colección con la que, ya definitivamente, se nos han caído los palos del sombrajo: ¡la obra completa del ecuánime historiador César Vidal por entregas! que ya avisamos nos vamos a hacer enterita, claro está. Esta primera entrega acarrea la adquisición de la fascinante La guerra que ganó Franco (I) (la II, suponemos, nos llegará la semana que viene) y de la arrebatadora novela Los hijos de la luz, que, como certeramente señala su hoja promocional, es "sobre todo es un canto a dos de los bienes más preciados que tiene el ser humano: la amistad y la palabra", pues no otra cosa supone este libro en el que los revolucionarios antimonárquicos de 1789 son un grupo de señores pertenecientes a sectas satánicas, demonológicas y cosas peores que, en sus ratos libres, se dedican a matar señores por la calle.
.
.
Con nuestras embriagadoras adquisiciones bajo el brazo, nos hemos cruzado con dos ilustres personajes que nos tienen completamente fascinados: el indigente al que el otro día vimos leyendo un libro de Kant suponemos que encontrado en las basuras, y otro homeless que suele llevar una camiseta de la UPV. Pese a la falta de rigor de este último, no podemos evitar nuestra maravilla al verlos dialogando mientras se trincaban un cartón de Don Simón en uno de los bancos de la Plaza de Lavapiés.

La revolución burguesa

"Soy un patriota catalán"
Sr. D. Joan Laporta, presidente del F.C.Barcelona
.
.
"Piden tres años de cárcel para Oleguer Presas por agredir a un policía"
Titular del diario Marca, único cuya lectura está
permitida en la redacción de Mondo Cane

jueves, 6 de septiembre de 2007

Gerturik daukagu odola

La redacción de Mondo Cane acaba de pasar unos días en Vascongadas. El documento gráfico lo atestigua: ahí tienen a uno de nuestros redactores, el licenciado Pirracas, velando en montañas nevadas nuestra sacrosanta bandera y dispuesto a entregar por ella hasta la última gota de su sangre si fuera menester. Cual gudari de Aguirre en Santoña, o ansí.


Más o menos gratos han resultado estos días pasados en la fidelissima Vardulia releyendo a Ramón y a Jardiel Poncela. Incluso hemos podido remojarnos fugazmente la rabadilla en la playa de la Concha, asunto sumamente placentero pese al desasosiego que sentimos durante un breve instante. Y es que en refocilgando nuestros cuerpos en la arena (que no en una señorita, que ya se sabe que por allí lo del yantar carnal, si no es con carnet de PNV y/o plan matrimonial quinquenal a la vista, no es asunto baladí) tuvimos la desgracia de encontrarnos de bruces con una señora mayor en bikini que resultó ser una antigua profesora de Matemáticas de nuestros tiempos de la E.G.B. Señora con una notable disfunción mental que le llevó a terminar ejerciendo años después de mamporrera con un señor cura muy feo y de infausto recuerdo. Ay.
.
En fin, que entre tanto ajetreo veraniego hemos podido atender también al motivo fundamental de nuestro viaje, que era comprobar que la normalización política de la vida del país es un hecho que ha superado incluso el fracaso del proceso de pax romana (y las conquistas del Islam, añadirá alguno). Sólo a ello cabe achacar varios factores que enumeramos a continuación:
.
1. Nuestro primo el pelotari, bautizado anteriormente como "Kabrrréritzó" por el comentarista de la ETB, ya es denominado "Kabrréritzó", esto es, con dos erres en lugar de las tres anteriores.
.
2. Localizamos en la PNV Official Library, esto es, el centro pseudocultarrl Koldo Mitxelenis, ¡Rojo y negro!, esa película-manifiesto del Falangismo hedillista que parece haber sido realizada por un esquizofrénico y montada por un paciente de transtorno bipolar y que supuso una apasionante contrafigura política a la no menos fascinante Raza. Y sobre todo, que nos ha dado una hora y cuarto de gran satisfacción y nos dará toda una vida de aún más grato recuerdo. Aunque este apartado 2), desde hace unas horas, hemos comenzado a pensar que se debe no a la mencionada normalización sino a la filtración de un topo en las hordas sabinianas. Sólo así se explicaría que la película, que en su día se vendió como complemento a un libro y sin ningún tipo de portada ni funda, se encuentre en un estuche con una carátula amorosamente realizada, a mano y en la clandestinidad, por algún minucioso funcionario del KM. Objeto artesanal que hemos asociado, de manera subliminal, a esas banderas bicolores con pollo incluido que elaboraban las señoritas falangistas en los talleres clandestinos madrileños durante nuestra entrañable contienda civil y que hemos admirado en repetidas ocasiones en el Museo del Ejército. Qué cosas. Desde aquí, Mondo Cane quiere expresar su respeto y su gratitud a este quintacolumnista donostiarra que actúa en las sombras.
.
y 3. Last but not least. El domingo acudimos, of course, a las regatas de traineras celebradas en el incomparable marco incomparable. Y caminando hacia el puerto de la localidad cantábrica, hétenos aquí que nos encontramos cercados por una veintena de personas con unas pancartas que decían algo sobre unos penales decimonónicos en los que, cual Pedro Luis de Gálvez en el Correccional de Santa Rita, agonizan diversos luchadores de la causa vasca. En este inquietante y amenazador momento, un señor muy serio y con bigote alla Jon Idígoras, nos asaltó para entregarnos un pasquín en el que, según nos explicó en un poco fluido vascongado, se hablaba de los pastoriles penares de uno de ellos. Y aquí viene el hecho normalizador, porque nuestro colaborador el doctor Ventoleras espetó al susodicho muy elegantemente un "mire, es que la verdad nos la sopla el señor ése", quedando tamaña provocación ante nuestra maravilla sin respuesta ni agresión alguna. Ah, en el 84 estas cosas no pasaban...
.
Y rezumando vasquismo nos hemos puesto en marcha nuevamente hacia Lavapiés, ese lugar, deteniéndonos a echar un refrigerio y su correspondiente truja en el Azor, como bien saben Vds. varado desde hace unos años al pie de la Nacional 1 a su paso por un trasunto del Bates Motel que se encuentra a las afueras de Burgos. Desde esta popular web, denunciamos el lamentable mal estado de conservación del mismo. Y es que en este país no hay respeto por nuestro patrimonio, carajo.

lunes, 3 de septiembre de 2007

Anni di piombo

Con gran estupor (que no sorpresa, que a estas alturas...) hemos recibido en la casilla postal arriba indicada un par de anónimas epístolas eletrónicas de intención levemente humillatoria y degradante. Uno de ellas termina acusando a la redacción de Mondo Cane, al completo, de ser unos "monstruos insensibles", adjetivos en los que por otra parte no nos cuesta reconocernos y que nos van como anillo al dedo. O como picha al culo, que suele decir una de nuestras colaboradoras más destacadas.

¿Y a qué se deben tales acusaciones? ¿A nuestra notoria incapacidad de análisis? ¿A nuestra evidente falta de criterio? ¿A nuestra clara fatuidad, quizás incluso futilidad? Pues no, señores lectores: a que alguien, por supuesto equivocadamente, ha sacado la conclusión de que no nos gustan las películas de Medem y lo achaca a alguna confusa intención política por nuestra parte. Cosa que no es cierta, debemos aclarar: en la redacción de Mondo Cane siempre hemos apreciado sobremanera la gran sensibilidad del realizador, la complejidad de sus discursos políticos (¿qué políticos? ¡éticos! ¡filosóficos!), los guiones tan bien construidos de sus flims, y, sobre todo, la acertada decisión de enseñar generosamente los pechos de sus actrices.
.
Recordábamos con clara emoción, en leyendo estas misivas, dos bonitas anécdotas que vivió la redacción de Mondo Cane la noche en la que La pelota plasta concurría a los Premios Yoga y en la que nosotros, huyendo del evento, nos habíamos refugiado en la Ciudad Condal.
.
La primera tuvo lugar en el autobús, cuando volvíamos a casa después de una absurda jornada laboral. Tras dejar el asiento a una señora impedida, vimos cómo el medio de transporte urbano se veía obligado a detenerse en una calle, rodeado por una algazara de gente que chillaba algo inaudible. Alguien del autobús preguntó en alta voz: "¿Qué sucede?", a lo que una señorita no tardó en responder: "¡Es una manifestación a favor de la pinícula de Medem!". Ante nuestra admiración, todos los ocupantes irrumpieron repentina y espontáneamente en una salva de aplausos y gritos de "¡Viva Medem!". Al poco, el autobús conseguía superar a la salva de manifestantes. Frente a ella, había una pancarta que rezaba: "Los basureros de Barcelona en huelga. Por un convenio justo".
.
La segunda tuvo lugar durante la noche, cuando veíamos la gala de los susodichos premios en el sofá de una casa que compartíamos con una señorita de gafas de pasta y un corte de pelo y un look muy así, como de película española moderna. Había traído a cenar a dos amigas muy del estilo, de interesante y amena conversación, que se quedaron a disfrutar con nosotros de los oropeles del cine patrio. La pelota plasta se quedó injustamente sin distinción, pero cuando uno de los galardonados (no recordamos quién, francamente, aunque apostamos por algún actor comprometido tipo Ramoncín o Juan Echanove) dedicó el premio a sus padres, que tanto le habían apoyado, y a Julio Medem, que había realizado una valiente película, nuestras compañeras se abrazaron e irrumpieron en aplausos y gritos de "¡Viva Medem!". Al calmarse la barahúnda, alguien les preguntó si la habían visto y ambas dijeron que no. Pero que conocían su discurso y que era muy interesante.
.
Dicho lo cual, no nos queda sino pedir excusas a estos lectores, agradecer sus tan bien redactadas misivas y aclarar que no han debido comprender bien nuestra gran admiración por tan señero realizador. Y es que seguramente nos hemos expresado mal.

sábado, 1 de septiembre de 2007

La magnitud de la tragedia

"Afirmar lo que de trivial hay en el hombre es inducirle a no ser riguroso, ni desleal, ni malo, ni fanático, ni inconmovible para nada ni ante nada. Aceptar la trivialidad es hacerse transigente, comprensivo, contentadizo. Nada más solucionador que la trivialidad hallada, cultivada, comprendida y asimilada hasta la temeridad. No los principios abstractamente revolucionarios, sino la trivialidad admitida será lo que cree la libertad espiritual, resolviendo todos los problemas insolubles, que serán solubles más que por la solución, por la franca disolución, por la incongruencia y las pequeñas constataciones que apenas parecen tener que ver con ellos".´
Ramón Gómez de la Serna: Greguerías
.

Pronto soccorso

"Los nombres de las enfermedades, hasta las más hediondas, suelen ser preciosos. Tuberculosis, parece una cortesana griega, amiga de los poetas y filósofos de su tiempo. Cáncer, un emperador bizantino. Blenorragia, un Dux veneciano. Paperas, un astrónomo. Orquitis, un perfume. Sífilis evoca una ciudad oriental, poética, misteriosa, y egipcia..."

Enrique Jardiel Poncela: Vírgenes