viernes, 31 de octubre de 2008

She ain't no human being

Estimados lectores de Mondo Cane, huelga decirles que hemos compartido con todos ustedes esta misma mañana el refocilgue suscitado por la prensa diaria. Y no, no lo decimos por ese recuadrito de la esquina inferior derecha en la que Agustín Díaz-Yanes, uno de los pocos realizadores sensatos que nos quedan en este país, declara lo que todos sabemos, sino porque la cabecera del diario Público vuelve a demostrar que el nivel periodístico en este país desde la muerte de Ángel Fernández Santos quizás no ande muy boyante, pero el de los encargados de diseñar portadas sigue siendo galáctico. Ahí queda para la posteridad este remedo de viejos hitos de cuando la música popular todavía molaba (o tempora, o mores) que acaba de enmarcar el doctor Calcapeitos para colgar junto con otras piedras miliares del portadismo celtibérico que forman un auténtico hall of fame en las paredes de nuestra redacción. Desde aquella famosa del ABC en pleno inicio de la Semana Grande donostiarra en tiempos mucho más revueltos en la que, sobre una foto idílica de la playa de la Concha, figuraba el famoso "fiestas de San Sebastián, fiestas de España", hasta aquél de La Razón con un fotomontaje de dos famosos personajes folclóricos y el encabezado "Arzallus-Laden", este God save the Queen castizo y pinturero se ha situado muy cerquita de nuestra all time favourite: el de Raúl subido a un elefante que ilustró hace unos años la cabecera del Marca, periódico que cada día nos gusta más por contenidos y sobre todo portadas. Y decimos que muy cerquita porque todo esto nos pilla viehos y desde que nos leímos la biografía borbónica de Paul Preston nos hemos hecho monárquicos de toda la vida, que si no...

sábado, 18 de octubre de 2008

La socialización del conflicto

"Presencié una vez en un cine hace como unos veinte años algo que me espeluznó, en la época aquella del cine de leones y de romanos. Yo hacía cola para comprar la entrada. Puede que se tratara de Ursus, una película italiana en la que trabajaban, no sé, Endo Frascati, Tulio Monici, Franca Dorati, y también Conrado Sanmartín. De pronto, en la cola, una señora que miraba las carteleras dio un grito espantoso, pero espantoso de verdad, tirando de su marido para sacarle de la cola. Fíjate si gritaría, que el nombre del marido se me ha quedado grabado como un flechazo: '¡Agustín, que es españolaaaaa!'. La mujer acababa de leer en los carteles el nombre de Conrado Sanmartín".
Fernando Fernán-Gómez, en:
Diego Galán: La buena memoria, 1997.
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Valga la cita para señalar que Conrado Sanmartín es, en la nunca modesta opinión de Mondo Cane, una de esas grandes cosas que le han pasado al cine español. Afirmación que hacemos sin quórum porque Calcapeitos dice preferir ampliamente a Sara Lezana, aunque nos parece que afronta la afirmación desde un prisma alternativo.