jueves, 8 de noviembre de 2007

Arbeit macht frei II

La redacción de Mondo Cane ha decidido interrumpir la escritura de treinta o cuarenta folios sobre Mi adorado Juan, esa desconocida obra maestra de la screwball comedy alla española que vuelve a demostrar que Borzage era un mindundis al lado de los hermanos Mihura, para asomarse bien que fugazmente a estas páginas. No es para menos: nuestros estimados fans, alarmados, nos hacen llegar sus cuitas por nuestro estado de salud, dadas las cada vez más prolongadas ausencias de este su blog. Algunos se planteaban que quizás se deba a que estamos detenidos por haber sido nosotros, viendo nuestros últimos cometidos universitarios, los humanistas deshumanizados responsables de la masacre en el campus finlandés. Los más simplemente indagan sobre si hemos fallecido. Y sentimos defraudar las expectativas de nuestros lectores, pero no: nuestras constantes vitales siguen activas.
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O algo así, imaginamos, porque estamos que ni nos sentimos el pulso. Aquí les dejamos una fotografía de Pirracas y el lisensiado Ventoleras gozando hoy de sus cinco minutos de pausa para acudir al mingitorio. Calcapeitos, mientras tanto, nos comentaba que una vez, en la oscura noche de los tiempos, le parece recordar que se tomó una cerveza en una terraza, así como tan tranquilo y sin pensar obsesivamente en películas de Edgar Neville ni en la tortuosa filmografía de Enrique Jardiel Poncela. Pero no nos lo hemos creído, claro, e impasible el ademán nos encaminamos hacia las cuatrocientas páginas, sin levantarnos del ordenador más que para ver los ocasionales partidos televisivos del Madriz y, por supuesto, para no perdernos nuestra cita de los jueves con Gran Hermano, posiblemente el mejor programa que jamás nos haya ofrecido televisión alguna. Vamos lentamente adoptando un status de monjes guerreros, dedicados por igual a las armas y las letras, y mientras tanto el libro va adquiriendo ya vida propia, organizándose reestructurándose y sobre todo desgajándose de manera orgánica y casi sin decirnos nada. Como en la película aquella tan rara de Cronenberg del escritor yonki. En pocos días nos entrevistaremos con Mingote, Azcona y los herederos de Chumy Chúmez solicitando sus permisos para reproducir en él unos dibujitos y oiga, si nos lo dan todo va a quedar chachi piruli. Eso sí, si no fenecemos antes del 20 de diciembre, que visto lo visto igual no llegamos.
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Que no decaiga. Les adjuntamos un chiste de Chumy Chúmez que hemos localizado por las amarillentas páginas de un número de Hermano Lobo del año 73 que encontramos el otro día en el Rastro. Junto a un cartel que reza "Biarritz", una multitud de paletos, con boina, refajo y hasta varios burros, hacen cola en ante un cine donde se proyecta El último tango en París. Uno de ellos, irritado, grita a otro: “Es de Bertolucci. ¡Animal! ¡Qué va a ser de Antonioni!”.

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