martes, 10 de junio de 2008

Ni un paso atrás

Aquellos que habían esperado con ansia ese "sueño de libertad" se sentían mucho peor cuando el encuentro resultaba decepcionante, lo que ocurría con frecuencia. (...). Las mujeres que los visitaban tenían sus propios problemas de que hablar. Por lo general, habían sufrido mucho a causa del confinamiento de sus maridos. No podían encontrar trabajo, ni estudiar, y a menudo tenían que ocultar su matrimonio a los vecinos (...). Los contactos con el mundo exterior siempre se complicaban con los deseos, las expectativas, la anticipación. Herling también escribe que "cualquiera que fuera la razón de la decepción -que la libertad vivida durante tres días no hubiera estado a la altura de la expectativa idealizada, o que hubiera sido muy corta, o que, al desvanecerse como un sueño interrumpido, dejaba un vacío nuevo en el que ya no había nada que esperar-, los prisioneros siempre se quedaban silenciosos e irritables después de las visitas, sin mencionar a aquellos para quienes la visita se había transformado en la triste formalidad de la separación y el divorcio. Krestynski en dos ocasiones intentó colgarse después de la visita de su esposa, que le pidió el divorcio y su consentimiento para dejar a los hijos de ambos en un orfelinato municipal". Herling, que era polaco, "nunca esperó una visita" en el local de encuentro, sin embargo apreció la importancia del lugar con más claridad que muchos escritores soviéticos. "Llegué a la conclusión de que si la esperanza puede ser el único significado que queda en la vida, entonces su realización puede a veces ser un tormento insoportable".

Anne Applebaum: Gulag

2 comentarios:

gorka dijo...

Me congratula que frecuente usted lecturas enriquecedoras y provechosas como la de Gulag.

Todo un detalle por su parte y por la de quien le prestó el libro.

Un servidor, dispuesto a salir de su asnal naturaleza, tiene ya sobre la mesilla de noche otra lectura imprescindible como es Tiempo de Mitos.

P.D. Me devuelva el Gulag sin abollar cuando le lea.

The Basque Country Pharaon dijo...

En efecto, lectura enriquecedora, y por supuesto de bastante más enjundia que la que le espera a usted sobre su mesilla de noche. Lo de las abolladuras, pues hombre, señor gorka, tenga usted en cuenta en su infinita bondad que ha soportado un viaje de ida en Continental Auto entre la provincia y la capital, y para un volumen de tapa blanda eso es mucho decir. Pero ya sabe usted que hay dos tipos de idiotas: los que prestan libros y los que los devuelven. Y Mondo Cane pertenece a ambos a un mismo tiempo. O sea que no se preocupe usted en demasía por el regreso del Gulag a LarraCHo. ¡Viva Stalin! O al menos, como decía una pintada que localizamos una vez en la margen izquierda del Nervión: "GRAPO, aires de libertad".