viernes, 8 de febrero de 2008

Sufragette city

En la órbita de Mondo Cane todo funciona según las más divinas mecánicas celestes. Si el otro día les dejábamos con las sensatas palabras de los habitantes de Agramonte sobre el asunto de la emancipación femenina, hoy nuestras investigaciones nos han hecho toparnos con una reflexión no menos sabia:

"Los españoles necesitan aislarse de sus habituales tareas y preocupaciones durante el lapso cronológico que se estime preciso para adquirir la conciencia sociopolítica de que carecen y "ciudadanizarlos" de forma acelerada. Esto sólo puede conseguirse de una manera: dejando de trabajar. ¿Cómo conseguirlo sin que la economía del país experimente rudo quebranto? (...) Sólo será preciso incorporar al setenta y cinco por ciento de la población femenina para cubrir todos los puestos de trabajo que hay en el país. Naturalmente, el dinero obtenido con su trabajo lo destinarán a las necesidades hogareñas y al sostenimiento de los hombres que de ellas dependan. Tal vez el hecho de que las mujeres trabajen con denuedo para que los hombres puedan vivir a costa de ellas parezca a muchos injusto e inmoral. Existen, sin embargo, altos principios filosóficos que justifican este proceder. Todos hemos venido al mundo a cumplir un "contrato social", cuyas cláusulas escucharon por primera vez Adán y Eva. Dios dijo al hombre: "Ganarás el pan con el sudor de tu frente". Luego, volviéndose a la mujer, ordenó: "Parirás tus hijos con dolor" (...). De pronto, sin previo aviso, la mujer se subleva. Se somete a un régimen especial de comidas, a unos determinados movimientos gimnásticos. Y, como quien no quiere la cosa, anuncia con toda tranquilidad que puede tener hijos sin sufrir. El "parto sin dolor" es un hecho (...). Con la sonrisa en los labios la mujer consigue, nada más ni nada menos, que esquivar las consecuencias del pecado original, encima de que su sexo es mayormente culpable, ya que Eva -y no Adán- escuchó a la Serpiente. Ya que fue Eva -y no Adán- quien ofreció la manzanita para que el varón picase. Si la mujer tiene hijos sin dolor, ¿debe el hombre continuar ganando el pan con el sudor de su frente? No. Rotundamente no (...). No solamente los hombres estamos autorizados para dejar de trabajar, sino que podemos exigir a las mujeres la indemnización correspondiente a todo incumplimiento de contrato. Y esa indemnización, que ha llegado la hora de exigir, consiste en que nos alimente, vista y sostenga con el producto de su trabajo".
Evaristo Acevedo: Carta a los celtíberos esposados, 1969

Huelga decir a nuestros estimados lectores que Mondo Cane, amén de constatar el brillante estado de salud del ensayo político del tardofranquismo, expresa su más firme acuerdo con estas afirmaciones. Pero es que no se dejan, oiga.

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